El Ayuntamiento solicitará la realización de un estudio sobre el deterioro de la Fuente Juan de Uzeta

...única obra barroca de estas características en la Región de Murcia

El Ayuntamiento de Totana solicitará a la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales la realización de un estudio sobre el deterioro de la fuente Juan de Uzeta. Este Bien Cultural se ha convertido en un símbolo de la ciudad de Totana, ya que es la única obra barroca de estas características que se conserva en la Región de Murcia que date del siglo XVII.

Por este motivo, el Pleno de la Corporación aprobó por unanimidad la moción presentada por Alcaldía en la que se insta a la Comunidad a realizar un estudio profundo sobre las causas del deterioro de la fuente.

En los últimos años, la obra barroca se ha estropeado de una forma acelerada y las posibles causas de esta degradación pueden ser la contaminación tanto del aire como del agua. Ante la necesidad de proteger este relevante elemento histórico es conveniente la puesta en marcha de medidas correctoras para evitar un mayor deterioro.

A lo largo de la historia el municipio de Totana ha estado dividido en dos barrios; el de Sevilla y el de Triana. Al primero, el agua no llegaba y para paliar el problema el Concejo acordó conducir el agua de la fuente de la Carrasca hasta la fuente de la villa en 1750. Para ello, se erigió esta fuente barroca, según diseño del escultor granadino afincado en Lorca y que le da nombre, para lo que se siguió la traza del artista local, Silvestre Martínez.

La obra está realizada en mármol y jaspe rojo y negro, y consta de tres cuerpos. El primero está levantado sobre una base hexagonal que da acceso a 18 caños repartidos entre sus seis lados. El segundo cuerpo, mucho más dinámico, sirve de base a la taza que recibe el agua que mana de la boca de los rostros aterrados de tres mascarones leonados y tres angelotes, que decoran el tercer cuerpo.

La fuente queda rematada por un medallón en el que aparece el escudo de la ciudad de Totana y sobre él queda enclavada la Cruz de Santiago. De sus 18 caños ha brotado a lo largo de su existencia agua fresca que, traída desde el Paraje Natural de Sierra Espuña, nutría a los vecinos de la ciudad.