El V Certamen Literario Memorial Ildefonso Moya premia la sensibilidad, el compromiso y la esperanza
Fuente: David Cánovas / Totana.com
Totana celebra un emotivo acto en el que literatura y solidaridad se dan la mano para rendir homenaje a Ildefonso Moya y los valores que marcaron su vida
La parroquia de Santiago El Mayor de Totana acogió el acto de entrega del V Certamen Literario Memorial Ildefonso Moya, una cita consolidada en el calendario cultural de la localidad, organizada por Cáritas parroquial con la colaboración del Ilustrísimo Ayuntamiento de Totana y diversas entidades sociales. El evento, enmarcado en la Semana del Corpus Christi bajo el lema “Mientras haya personas, hay esperanza”, reunió a autoridades, vecinos, participantes y la familia de Ildefonso Moya en un homenaje a la palabra y la acción solidaria.
El párroco de la parroquia y presidente de Cáritas, Francisco José Fernández, abrió el acto destacando la relevancia de este certamen como un espacio donde la literatura se encuentra con la caridad. “La pobreza ya no es solo falta de recursos materiales, también hay una nueva pobreza que se llama desesperanza”, señaló, subrayando la importancia de “mirar, escuchar y cuidar” como gestos esenciales de humanidad. Fernández evocó con cariño la figura de Ildefonso Moya, “cuyo testimonio de entrega en Cáritas y en nuestra comunidad sigue siendo vivo entre nosotros”, y agradeció a los participantes por transformar en palabras “la dignidad escondida tras vidas rotas”.
Fallo del jurado y autores premiados
Alfonso Espejo, miembro del jurado, dio lectura al acta de esta quinta edición, que contó con ocho obras presentadas. Tras un amplio debate, el jurado —formado también por Isabel Marín González, Francisco José Miras Martínez, Luisa Martínez Murcia, Juan Cánovas Mulero y Francisco José Fernández— acordó por unanimidad conceder los siguientes premios:
Primer premio (600 €): Desalmado, de Raúl Clavero Blázquez, natural de Salamanca y residente en Madrid. Este relato, cargado de sensibilidad, narra la historia de una joven comprometida con la acción social que ayuda a una pareja de artistas mayores a recuperar el alma de un violín, símbolo de su pasado y su dignidad. Clavero, con estudios en Filología Hispánica y un máster en guion para cine y televisión, ha obtenido más de 250 premios en relato breve y microrelato, además de publicar el libro Ausencia (2017).
Accésit (300 €): Ojos brunos, de Carlos Fernández Salinas, natural de Gijón. Este relato aborda con calidad literaria la valentía de una mujer que defiende a una víctima de violencia de género, invitando a no apartar la mirada ante la injusticia. Fernández, marinero de profesión y con una trayectoria literaria que incluye más de 40 premios y publicaciones como La mal se esconde y la novela Los marineros prudentes leen las olas, ya obtuvo el primer premio en la tercera edición de este certamen.
Mención especial: ¿A qué le llamamos caridad?, de Marta Garre Pina, alumna de 1º de Bachillerato del Colegio Santo Domingo de Orihuela. Su ensayo fue destacado por su lúcida reflexión sobre la caridad como un compromiso de vida, mostrando una madurez y sensibilidad excepcionales.
Mensaje de los premiados
Ni Raúl Clavero ni Carlos Fernández pudieron asistir al acto en persona, pero ambos enviaron vídeos que fueron proyectados durante la ceremonia. Clavero, desde Madrid, se disculpó por su ausencia debido a complicaciones de viaje y agradeció al jurado y a los organizadores por el reconocimiento a su relato. “Animo a seguir convocando este certamen, que es un ejercicio de valentía y esfuerzo. La labor de Cáritas es muy valiosa en estos tiempos de confusión e incertidumbre”, expresó, añadiendo que le habría encantado asistir, ya que tiene familia en la zona. Por su parte, Fernández, desde Gijón, agradeció el lema del certamen y reflexionó sobre la importancia de las historias como “pegamento” que une a las personas. “Somos la especie más relevante porque colaboramos, y las historias de este certamen añaden un granito de arena a esa colaboración”, afirmó.
Un certamen que crece y honra la memoria de Ildefonso Moya
Juan Cánovas Mulero, cronista oficial de Totana, destacó la consolidación de este certamen, que nació tímidamente en 2020 y se ha convertido en un referente de fidelidad al legado de Ildefonso Moya. “Su testimonio de dedicación, solidaridad y calidad humana, impregnado de prudencia, humildad y sabiduría, sigue siendo un faro para orientar nuestro camino”, señaló. Moya, docente en el Colegio Santo Domingo de Orihuela y miembro activo de Cáritas, dejó una huella imborrable en la educación y la solidaridad, promoviendo una cultura abierta y participativa que despertaba curiosidad y compromiso social.
Cánovas agradeció especialmente a Pedro Ortiz, exdirector de Cáritas parroquial, por impulsar esta iniciativa con visión y tesón, así como a la familia de Moya por su apoyo incondicional. También reconoció la labor de los sacerdotes colaboradores (Francisco, Gonzalo e Isidro), los medios de comunicación locales por difundir el evento y los ocho autores participantes, cuya creatividad en relatos, ensayos e investigaciones enriquece el certamen. Además, invitó al público a participar en futuras ediciones, animando a presentar composiciones que reflexionen sobre la solidaridad, el altruismo, la convivencia y el compromiso social.
La voz de los jóvenes y la familia Moya
Marta Garre agradeció la mención especial a su ensayo. “Vivimos en un mundo donde la caridad se confunde a menudo con dar lo que nos sobra. Pero la verdadera caridad es amor comprometido, una forma de vida”, expresó con autenticidad, conectando con el público y reflejando la influencia de Moya, quien también dejó su huella en el Colegio Santo Domingo. Su discurso, lleno de fe y esperanza, fue aplaudido con entusiasmo.
Carmen Moya, hija de Ildefonso, dedicó unas palabras emotivas a los organizadores, especialmente a Pedro Ortiz, por crear un certamen que une literatura y compromiso social. “Este concurso no solo lleva el nombre de mi padre, lleva un propósito. Es un tributo a la palabra, pero también a la acción y la compasión de quienes trabajan por los más vulnerables”, afirmó. Agradeció a Ortiz por “sembrar una semilla que seguirá dando frutos” y por mantener viva la memoria de su padre.
Compromiso institucional y cultural
La concejala de Cultura, Turismo y Festejos, Maribel Rubio, representando al Ayuntamiento de Totana, ratificó el compromiso del consistorio con el certamen. “Totana no olvida a quien tanto le dio. Ildefonso Moya, con su pasión por la enseñanza, la lengua y la cultura, dejó una huella imborrable”, afirmó. Rubio destacó el valor de la cultura como motor de transformación social y aseguró que la Concejalía seguirá apoyando esta iniciativa para fomentar la creación literaria y conservar el patrimonio cultural de Totana. “Cuando apoyamos el talento, damos futuro a nuestra comunidad”, concluyó, dirigiéndose especialmente a la familia de Moya, presentes en el acto.
Una despedida con mirada al futuro
El acto finalizó con las palabras de Francisco José Fernández, quien clausuró la quinta edición y anunció la convocatoria del VI Certamen Literario en diciembre, durante las fiestas patronales de Santa Eulalia de Mérida. Invitó a los asistentes a ser protagonistas del cambio: “Todos hemos sido en algún momento el hombre caído del camino, como en la parábola del buen samaritano. Pero también podemos ser quienes se detienen, miran y ayudan. Mientras haya personas que actúen con compasión y generosidad, hay esperanza”. Fernández destacó que el certamen, junto con las celebraciones del Corpus Christi, busca ser un impulso para salir al encuentro de los demás y llevar esperanza a un mundo herido.
Con un aplauso colectivo y una foto final, se cerró un acto cargado de emoción, reconocimiento y compromiso con una cultura viva que honra el legado de Ildefonso Moya y proyecta su espíritu solidario hacia el futuro.
Cuenta con más de una veintena de actividades durante el mes de julio para todos los públicos, con conciertos, competiciones deportivas, espectáculos infantiles y actos religiosos en honor al patrón de Totana