El agente de la Policía Local, Alfonso Sánchez, recibe uno de los II Premios Nacionales a las Buenas Prácticas

En la categoría de Innovación, por el proyecto “Aula Konect@”

El agente de la Policía Local de Totana, Alfonso Sánchez Sánchez, ha sido reconocido hoy con uno de los II Premios Nacionales a las Buenas Prácticas, en la categoría de Innovación, por su labor al frente del proyecto “Aula Konect@”.

Estos galardones los convoca el colectivo ANAT de agentes tutores de España y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), quienes otorgan esta condecoración con el objetivo de reconocer públicamente y premiar las acciones en materia de prevención e innovación que han desarrollado polícias locales que han obtenido un resultado positivo demostrable en el ámbito de trabajo con niños y jóvenes.

Alfonso Sánchez recogió el premio esta mañana en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias en la capital de España, donde estuvo acompañado por el alcalde, Juan José Cánovas, y el comisario-jefe de la Policía Local de Totana, Alfonso Canales.

Los Premios Nacionales a las Buenas Prácticas están destinados al colectivo de agentes tutores de toda España para dar a conocer esta labor de las policías locales en sus respectivos ámbitos de actuación municipal.

Este programa piloto, que arrancó inicialmente en el año 2018 con la colaboración de las concejalías de Juventud y Seguridad Ciudadana, pretende generar un espacio de comunicación fluida y operativa entre la Policía Local y los menores en aras a promover la transmisión de valores y conductas cívicas y sanas.

El proyecto surgió ante la creciente preocupación que despertaba el colectivo de menores en Totana y las problemáticas generadas a raíz de la falta de alternativas de ocio y tiempo libre, y ha contado con la implicación de las citadas concejalías, representantes de asociaciones que operan con jóvenes y los departamentos de Orientación de los IES.

El aula es el espacio físico donde se lleva a cabo un trabajo de apoyo que comienza a pie de calle, donde más adelante podrán acudir los profesionales especializados en trabajar con los menores, así como con los padres y madres que sean necesarios y quieran implicarse.

El proyecto aboga por reconducir, mediante la creación de vínculos de confianza y el incentivo motivacional, las consecuencias de una infracción, y que ésta se resuelva de manea que permita beneficiarse tanto a la comunidad como al propio menor afectado en su desarrollo futuro en edad adulta.

Asimismo, se procura impulsar valores como el compañerismo, el respeto y la solidaridad tomando conciencia de la necesidad de asentar el desarrollo de valores personales para con la comunidad y la sociedad.