Obituario. Juan José Cánovas Cánovas. Por Juan Ruiz

Para unos se ha muerto el Alcalde de Totana, para otros simplemente Juan José Cánovas, pero a mí se me ha ido un amigo. Un gran hombre de sólidas convicciones y exquisito respeto a las ideas de los demás, especialmente conmigo cuyos planteamientos políticos eran tan diferentes a los suyos. A pesar de eso, con el paso de los años hemos desarrollado una gran amistad arropada por el afecto que le profesaba a mi mujer y la identidad de interés por los temas  culturales y políticos de Totana.

Nos conocimos de la peor de las maneras, en un rifirrafe político en el que yo les serví de objeto de su pelea y siendo víctima de ella. Naturalmente no nos saludábamos al cruzarnos, pero demostró que conocía su pueblo y tenía tomado el pulso a todo, porque cuando habían pasado más de diez años ya tenía idea clara de quién era yo.

Y una mañana que tomaba café en la barra del bar Calabaza se situó junto a mí y dijo simplemente buenos días, Juan. Respondí al saludo y charlamos de cuestiones culturales demostrando que estaba al tanto de nuestra labor en Caja de Semillas, manifestando además ser un hombre de sólida cultura y gran interés por ella.

No hizo falta que ninguno mencionara el motivo por el que nos conocimos ni yo cité la causa de nuestro desencuentro, demostrando así conocerme aunque fuera desde los comentarios que escuchara de terceros y me agradó su sencillez y sinceridad.

Desde ese día hemos desarrollado una amistad basada en nuestras diferencias ideológicas, el respeto y la identidad de intereses tanto culturales como políticos, manifestando siempre una gran altura de miras, saber escuchar y debatir para llegar a un entendimiento, un profundo conocimiento de su pueblo y sus gentes y un gran respeto a mis propias convicciones, que naturalmente desembocaron en un sincero cariño mutuo.

En la etapa de la Sociedad Cultural El Cañico asistió como socio a las reuniones dando sus puntos de vista y debatiendo con todos desde el mismo plano, mostrando entusiasmo por las ideas y realizaciones y aportando su ayuda en cuanto se le pedía además de apoyar claramente todas nuestras acciones.

Juan José Cánovas era fundamentalmente un hombre bueno, gran padre, abuelo amantísimo y amigo de todos con disposición a escuchar a todos y voluntad de solucionar cuanto en su mano estuviera. Pero era además (me cuesta hablar de él en pretérito) un hombre de tremenda vocación política entendida como servicio a los ciudadanos desde un importante compromiso personal. Creo sinceramente que ha sido uno de los hombres de mayor vocación política que he conocido, dando sopas con honda a muchos en todos los niveles.

Tenía un gran conocimiento del pueblo y sus gentes, sensible a los problemas sociales y siempre dispuesto a ayudar. Su interés cultural era enorme, lector inteligente y con una cultura importante que procuraba no demostrar por modestia aunque se notaba cuando hablaba su profundo conocimiento, especialmente de la poesía.

Lamento profundamente su muerte. Totana pierde un gran político y enamorado de ella y su familia un esposo, padre y abuelo enamorado y de una honestidad muy seria.

Tu amigo te desea la eterna paz que has merecido.

Juan Ruiz García