"Breda y la rendición"

Juan José Cánovas

Un cuadro majestuoso el de la "Rendición de Breda" cuyo original luce en el Museo del Pardo y fue pintado por Diego Velazquez conmemorando la última batalla que ganamos en Europa. Ese cuadro, también se le llama "Las Lanzas".

Una copia del mismo, se encuentra en la Venta de los Pinos y otra, presidía el Comedor del Cuartel donde hice Mili, allá por 1979, en la Isla de las Palomas, Regimiento de Infantería Mecanizada, Alava 22, destacado en Tarifa.

Aquel "rancho" que al principio me daba repelencia y cuando me acostumbré, los cantos (piedras) de la lentejas me sabían a gloria. Mientras desayunaba, comía o cenaba aquellos purés con sabor extraño, me entretenía en observar el cuadro, los "caretos" y sus lanzas.

Pasados los años, el destino me llevó a pasar dos noches en Breda. Un pequeño y coqueto pueblo catalán, ubicado en la provincia de Girona del mismo nombre del Holandés.

Dos noches en vela recordando aquellas lanzas del cuadro y al Gobernador Holandés, Justino de Nassau entregando las llaves de Breda al general genovés de los Tercios de Flandes, Ambrosio de Spinola para la Monarquía Española de aquellos tiempos gloriosos que no volvieron. Fue don Ambrosio, un Grande de España curtido en la Guerra de los 80 años.

Aquella noche, yo tuve mi propia rendición en Breda y la derrota me hizo recapacitar para el futuro. Hoy, con Agustín Gonzalo Martínez Hernández y José Maria Sanchez Pascual, he vuelto a rememorar las dos rendiciones de Breda (la de los holandeses y la mía) en ese hermoso espacio -genuinamente totanero-, que es la Venta de los Pinos.

Juan José Cánovas