El ayuntamiento informará y evaluará los daños por la humedad provocados en la ermita de "Nuestra Señora del Rosario"

con el fin de que se puedan solucionar

El Ayuntamiento de Totana va a informar y evaluar acerca de los daños provocados por la humedad en la ermita "Nuestra Señora del Rosario", en la diputación de Cantareros, con el fin de que se puedan solucionar ante la demanda de los vecinos de la zona.

Tanto el alcalde pedáneo, Jacobo Costa, como la Asociación de Vecinos de El Paretón-Cantareros han puesto en conocimiento de la alcaldesa, fruto de sus reuniones semanales los viernes en esta pedanía, los daños producidos a consecuencia de la humedad, y que están deteriorando algunos muros del templo.

El Consistorio va a realizar un informe con el fin de dar traslado del mismo a la diócesis de Cartagena e intentar que la empresa ejecutora de la obra pueda arreglarlo en el caso de que tenga alguna responsabilidad para ello.

La regidora visitó el pasado viernes, acompañada de un técnico municipal, la ermita con el fin de conocer de primera mano las roturas producidas en el interior y exterior de la ermita, sobre todo, en la zona más antigua del recinto.

Rehabilitación en el año 2008

El complejo parroquial de Cantareros tuvo una rehabilitación original de la ermita en tres fases diferentes, cuya antigüedad del templo se remonta a 1728 y es propiedad del Obispado de Cartagena, la edificación de nuevos espacios destinados al culto y labores pastorales y el tratamiento de los espacios exteriores anexos.Las actuaciones acometidas se realizaron en el 2008 en virtud de un convenio de colaboración suscrito hace más de dos años entre el Ayuntamiento de Totana y el obispo de la diócesis, Juan Antonio Reig Plá, para restaurar de forma integral un templo que se encontraba en un estado ruinoso que apenas permitía la actividad religiosa.La superficie total de la zona de actuación fue de 520 metros cuadrados, ya que la parcela afectada por aquellas obras tenían una forma irregular, dado que da su fachada daba a las calles Alfareros y Cura Don José; lo que le permitió devolver su aspecto original; ya que, con el paso del tiempo se le fueron agregando edificaciones al cuerpo de la ermita que configuraban un volumen de edificaciones adosadas que desvirtuaban la imagen de la misma.El proyecto comprendió la rehabilitación del cuerpo central de la ermita, declarada de Interés Monumental, que comprendía una superficie de 137,70 metros cuadrados, donde se acometieron labores de arreglo de la cubierta y el terrazo, revestimiento y aislamiento de las fachada, y nueva instalación eléctrica y lumínica.

Además, se construyeron nuevas edificaciones anexas, tras su demolición, que permitieron construir estancias dedicadas ahora a salón de culto, estancia de tronos, aseos y salón de parroquial con espacios comunicados al templo y diáfanos, entre otros.